Es invierno, pero la tarde se presentó amablemente cálida. Estoy tomando mate en el corral de los frutales. Hace un rato puse una caja nido en un poste para que las tacuaritas o las golondrinas la aprovechen de refugio y así poder ver sus andanzas en la próxima temporada reproductiva. Miro la casita, me la imagino habitada y sonrío.
Pablo se fue a dar un vistazo a la laguna; veremos qué me cuenta cuando vuelve.
Estoy quieta, sentada y atenta al entorno. Veo un benteveo posado en el corral de las nativas, donde más temprano se había posado una calandria. Han caído un par de heladas fuertes estos días y cada movimiento entre los pastos se oye magnificado. Siento ruido a pastito seco y aleteos cerca mío. Giro apenas la cabeza muy despacio y veo a una tacuarita con su gracia particular, tan inquieta. Se me dibuja otra sonrisa. Da un salto como un resorte y se sube a la casita amarilla que hice pensando en ella el año anterior y terminaron usando las golondrinas. Todavía tiene palitos adentro. Se sube al techo y se queda un buen rato haciendo llamaditas de alarma, intensas, con firmeza. Para mí está dejando en claro que esta primavera la va a usar ella. Le saco una foto con el celu.
Miro para el otro lado y veo un cachilo posado en la punta de una caña, muy quieto. Parece estar gozosamente disfrutando de los últimos rayos del sol, como yo.
El atardecer empieza a hacerse notar con los cantos de los sapitos y de los grillos. Las aves van buscando refugio. Pasa una bandadita de pechos colorados. Algunos mistos. Se oyen los últimos cantos… leñateros, carpinteros campestres, caranchos, horneros…
Llega Pablo y me cuenta, susurrando, que en la laguna hay patos capuchinos con pichones, mientras me muestra la foto que les sacó. Sonrisa compartida.
Juntamos y cargamos las cosas en la camio; pala, azada, maza, bidones, mate, libros, cámaras… y nos vamos despacito mientras el horizonte y el sol se combinan en una danza anaranjada.
La lista de @pablohcapovilla:
https://ebird.org/checklist/S184904551
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